L’école se inspira en un enfoque borgoñón del terruño. Nuestro objetivo es identificar lugares vividos únicos y luego hacer todo lo posible para revelarlos en cada botella de la manera más auténtica posible.
Los vinos de L’école descienden de una cultura ancestral y brotan de una tierra consecuencia de un clima y se elaboran pensando en la gastronomía para acompañar una dieta saludable de platos de sabor puro y auténtico.
Nada debe enmascarar el aporte de singularidad de los suelos: ni el uso de la madera, ni la extracción excesiva. Creemos que la comida real necesita vino real. Y el vino debe elaborarse sin otro fin que el de expresar la auténtica emoción y el verdadero carácter del lugar. Cada añada debe ser un testimonio, así como una búsqueda dinámica para elaborar los vinos más elegantes y expresivos de cada lugar vivido.
“Los vinos pertenecen a los viñedos, a los lugares, a sus gentes, a los aprendizajes de una vida en un inagotable movimiento: dinamismo; viajar elaborando vinos o elaborar viajando es una bella y respetuosa forma de crearlos; después de años de vivencias gracias a la enología, a las relaciones humanas y al entorno, una obra o un vino único cae por su peso, es un coupage vital de técnica y lugar: en esa escuela (“L'école” ), crear renaciendo en cada espacio y en cada viaje, asimilando tierras, gentes, mecanismos y tiempos, es donde se moldea nuestra “enosofía de vida” y nuestra filosofía de vinos; llegamos a aprender que un vino único es su propio viaje y que en cada lugar vivido debía estar su propio vino”.
E.Pérez